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martes, 8 de octubre de 2013

México se juega la vida...

Cualquier resultado distinto a una victoria a favor del TRI, frente a su similar de Panamá, en la reanudación de las eliminatorias Brasil 2014, supondría, y valga la comparación, al estallido de una bomba nuclear en el Estadio Azteca este 11 de Octubre de 2013. Su onda expansiva podría acabar con la carrera de más de un dirigente, jugador, entrenador, utilero y sin ser para nada exagerado, hasta  de periodistas, pregoneros y recoge pelotas.

México se juega la vida, se juega su presente y hasta su futuro. Otrora todo poderoso de la CONCACAF, hoy ve como les tutean selecciones de “menor rango”, al punto tal de que jugar en el Azteca ya no es garantía de victoria. Su andar en esta fase de la eliminatoria ha sido tan irregular como vergonzosa (1 sola victoria ante Jamaica y de visitante), por lo que su posición en la tabla clasificatoria, 5to puesto con 8 puntos obtenidos de 24 posibles, no sorprende a nadie.

Sin embargo, a dos fechas para finalizar la eliminatoria, el TRI aún tiene chances de clasificar al mundial Brasil 2014, chances que pasa  primero por ganarle a Panamá y luego a Costa Rica. De lograrlo, alcanzaría la 4ta posición en la tabla de clasificación de la CONCACAF. Lo que significa, que por primera vez en la historia del fútbol mexicano, su selección disputaría la clasificación al mundial de fútbol a través de la vía del repechaje, en este caso contra la selección Nueva Zelanda, representante de Oceanía.

Lo cierto es que, si al final los de Vucetich hacen la hombrada de clasificarse al mundial, muchos sonreirán y se vanagloriarán por la meta alcanzada, dejando atrás o debajo del tapete todas las miserias que durante esta eliminatoria han arrastrado y cosechado, pues no es posible que un país con una de las ligas más poderosas (en cuanto a recursos monetarios se refiere) y, con un potencial deportivo que se pierde de vista (campeones mundiales sub -17, México 2011, y Medalla de oro, Londres 2012), sirva de referencia de “como no se debe gestionar el fútbol”. Por eso insisto, si México no logra una victoria contra Panamá el próximo 11 de octubre, el Aztecazo será historia, ya que a partir de entonces, cualquier calificativo que se utilice para describir tanta incompetencia será insignificante, pequeño. “Sálvese entonces quien pueda”


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